Y las lagrimas brotaron ferozmente de mis ojos, otra vez. La
decepcion de que no seas la persona que esperaba, que creía conocer me mato, me
consumio, me hizo trizas. El saber que hice millones de estupideces por vos me
destrozo. No hay mas palabras, no hay mas nada.
Todas las ilusiones, una vez mas, destruidas me parten el
alma, lo reducen a cenizas y mi cabeza, como siempre, preguntándome que cruzo
por tu mente en ese momento, tal vez fui yo la que se equivoco, pero entregue
todo sin detenerme a ver lo que eras en realidad.
Y puedo jurar que de la vida algo aprendi, y es
que no hay peor error que idealizar.
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