¿Cuanta gente hace
falta para sentirnos queridos? ¿Diez, veinte, cien, mil? en ese momento podrían
ser diez mil, diez mil pares de ojos contemplándome, admirándome y no
alcanzarían. No serian suficiente para llenar ese extraño agujero que tenía en
algún lugar entre el corazón y el estomago, ese extraño vació que dejaste.
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